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PANOPTICON – ‘The Rime of Memory’ - (2023)

4/12/2023

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En la reseña del último álbum de Wolves In The Throne Room ya os comenté lo que era el Cascadian Black Metal, un movimiento politicomusical radicado entre los estados del Noroeste de EEUU y las provincias federadas de Canadá bañadas por el Océano Pacífico. Dentro de este interesante movimiento renovador del Black Metal, contamos con otro miembro ilustre, A. Lunn, que es quien está detrás de esta banda de un solo hombre desde 2007.



Después de toda la retahíla de discos más o menos celebrados que ha ido lanzando, diseccionaremos el presente “The Rime of Memory”. Sólo comentaré que el disco “Social Disservices”, una denuncia atroz a los servicios sociales de los EE.UU. es tan y tan torturado que me cuesta (y en cambio, el DSBM de los Bethlehem me encanta, como siempre reitero); y en cambio adoro su “Kentucky” (como todos, vaya...), un homenaje a su tierra natal, a su memoria de lucha de los mineros, por ejemplo, al rechazo indígena a la figura del misionero, que se expresa en un canto gregoriano asilvestrado. A A. Lunn, como a todos los izquierdistas inteligentes (él, de tendencia anarquista) le obsesiona la memoria de los conflictos y anhelos de la gente corriente. De ahí el título de este álbum. De ahí tantas de sus letras, y la elección de un Black Metal que, pese a beber de los inspiradores vikingos (Emperor, Darkthrone...) salpimienta de música folk americana, algo que es su seña de identidad, y que otros grupos del Cascadian BM explotan mucho menos. Ellos sabrán...
 
 
 
‘I Erindringers Hostlige Dysterhet’: y sí, empezamos con esta pieza instrumental de pureza folk inspiradora como un nuevo amanecer en la casita del lago. Aunque algo solemne se desarrolla, en realidad, en sus escasos dos minutos da el pistoletazo para el siguiente tema.
 
‘Winter's Ghost’: de 19:56 minutos siguiendo la tónica habitual de Panopticon de amor por los temacos largos, donde abre un punteo grave y limpio de guitarra acústica transmitiéndonos una cierta incertidumbre de por dónde irán los tiros, ya que estamos en el Oeste. Un leve violín se le añade pasados los dos minutos. La canción, a la que se le agregan unos leves coros y una deliciosa flautilla (que usa mucho) tiene una primera parte instrumental, “Hiraeth”, y una segunda cantada, Hjemlos. El carácter introspectivo y triste de la canción es reflejo de su temática: la ancianidad, que, por ejemplo, reemplaza la esperanza juvenil por el sentimiento de la nostalgia cayendo en la profunda melancolía. A los ocho minutos de duración empieza la voz rasgada y el Black Metal más tormentoso, propio de los grandes bosques norteamericanos con la fuerza de una manada de osos pardos. Los coros masculinos acompañan la épica canción, en cierto bucle que, paradójicamente recuerdan al mejor Burzum de “Filosofem”. Pero a los 12 minutos todo se ralentiza volviendo al grave punteo inicial, lo que me hace pensar en el carácter cíclico de la vida, que desvalidos la empezamos, y desvalidos nos despedimos de ella. De repente, voz e instrumentación se vuelven pesados y atronadores como el martillo de Thor avanzando despacio por la carga de tantos años a la espalda, pero al final se revolucionan violín y blast-beats en un canto rebelde a la vida. Unas campanadas y la furia blacker atmosférica despiden la canción como se merece.
 
‘Cedar Skeletons’: ésta sólo dura un poco más de 16 minutos, jajaja. Empieza furiosa, como el viento golpeando violentamente los esqueletos de los cedros, unos riffs heavies y zalameros nos regocijan en toda su duración. Momento reflexivo, chillido, y patada p'alante teniendo un punto guerrillero hasta la grabación de una voz enlatada, que sucumbe mientras el tremendo trémolo sigue y sigue. La letra es un alegato a la conexión entre nosotros, el frío y los sentidos, muy metafórico todo, pero quizás lo que mejor condensa su sentido lo canta Víctor Sánchez en castellano:
​
“Nuestra patética existencia / agrega demasiado peso. / Lo que una vez fue sagrado. / Ahora no tiene verdades. / Nuestra residencia temporal / Causando daño permanente. / El corazón de la tierra se desangra / sólo quedan esqueletos”.
 
Con calma, sigue la canción entre susurros y atmósferas envolventes para hacerse el hara-kiri en su Black Metal tremebundo final.
 
‘An Autumn Storm’: de nueve minutos de minutaje empieza espectralmente, hasta diría onírica y pesallidescamente. Vuelven los bucles atmosféricos, hipnotizantes y peliagudos a la vez, como el sudor frío en el momento antes de esperar ser ahorcado. Una voz potente nos advierte sobre la memoria otoñal, y el calor que todo lo deshiela. Cuenta con otro poema en su interior, narrado por su autor, Patrick Naess. Agudas campanillas aparecen, aparentemente dulces, como la gota malaya que vuelve tu cráneo loco. Un banjo final y acordeón dan por terminada la pieza.

 





‘Enduring the Snow Drought’: sólo doce minutos y medio, más salvaje nos ataca con agudeza guitarril y blast-beats a todo trapo. La poética letra narra los dolores pasados y la incertidumbre presente, y realmente pega con esta tormenta de nieve que es la instrumentación y esa voz lobezna. Hay una cierta pausa de rigor para seguir en la brecha. Vuelve el violín dándole la melancolía pertinente de nuevo. De repente hay un chute de Power Folk Metal muriendo feliz la canción, mientras un piano se seca el chaparrón que cae allí afuera. Onírico y largo final con reflejos hasta de free jazz, hasta que la nevada arrasa con todo para caer rendidos a la seducción violinesca.
 
‘The Blue Against The White’: suave se desperezan los acordes, una voz limpia canta libremente, como abrazándonos, en esta especie de Post-Rock. Unas voces elevan tu etéreo espíritu con el Todo, aquí y ahora... Otra metáfora de la vejez y el invierno de quince minutos, nos acaricia el alma aguerriéndose a finales del cuarto minuto, fuerte ventolera, no hay cobijo, sólo furia. El violín y la voz plácida calman las fieras, no así los blast-beats, que siguen por lo bajini como la lluvia detrás de la ventana, aunque más adelante los parches sólo acompañan un leve compás, sin embargo, como no podía ser de otra manera, con emotiva fiereza se nos despide el señor A. Lunn.
 
 
 
 
 
Panopticon sigue su coherente camino de buen Black Metal atmosférico salpicado de guiños más contemporáneos del movimiento, flirteando a veces con el Post-Rock y el Post-Metal, sin abandonar nunca su bienamada pasión, los pasajes de música folk americana. En esta ocasión las metáforas sobre la ancianidad y el invierno son una constante, los ataques de melancolía, a veces introspectiva, a veces furiosa como el buen Black Metal viejo que tanto hierve en sus venas. Otra propuesta interesante, ¡para no quitarle el ojo al bueno de A. Lunn!
 
 
 
TRACKLIST

1.I Erindringens Høstlige Dysterhet
2.Winter's Ghost
3.Cedar Skeletons
4.An Autumn Storm
5.Enduring The Snow Drought
6.The Blue Against The White



 
NOTA: 8/10

 



Foto
                               https://thetruepanopticon.bandcamp.com








METAL FRIENDS
Texto: Makoki13

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