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PROFANATICA – ‘Crux Simplex’ - (2023)

2/10/2023

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Ejemplo viviente de lo que es ser una auténtica banda de culto para la legión de seguidores del underground. Profanatica nació en el ya lejano 1990 en New Peltz (NY), como escisión de tres exmiembros de Incantation (Paul Ledney, Brett Mackowski y Aragon Amori), que deciden alejarse del anterior sonido Death para dedicarse al Black Metal más rudo. Posteriormente la banda se muda del estado de Nueva York a Connecticut.




Aunque se disuelven alrededor de 1992, se reconstituye en 2001 con Paul Ledney y dos músicos de sesión. Para que se sepa para dónde iban los tiros en los orígenes de Profanatica, cabe destacar que en 1988 Paul Ledney fue el baterista de la banda del famoso punk-rocker coprófago GG Allin (llamada Connecticut Cocksuckers) y Aragon Amori estuvo en la banda de hardcore Sealed with a Fist. Desde 1990 se dedican a publicar diez demos, splits y Ep. No es hasta 2007 que debutan con “Profanatitas De Domonatia”. Pioneros del Black Metal estadounidense, con el permiso de los Von (fundados en 1987), siempre han dado lugar a un estilo lo más inimaginablemente blasfemo y profanador de todo lo santo y sagrado posible. Influenciados por la música de Possessed, lo viejo de Venom y Bathory, por Hellhammer, Necrovore y Sarcófago, su sonido está aún relativamente cerca del Death Metal de donde teóricamente se alejaron. Como amiguetes del bueno de GG Allin, hay un vídeo del bajista eyaculando un lechazo encima de una Sagrada Biblia, y sus opiniones en lo religioso, ideológico y lo musical tampoco dejan indiferentes a nadie. Se consideran satanistas, en el sentido moderno del término, es decir, no como el Demonio como un ente real, sino como un arquetipo a través del cual practicar la autodeificación de cada uno. Aunque esta visión es parecida a la de la Iglesia de Satán, fundada por el polifacético californiano Anton Szandor LaVey, para ellos el satanismo es por ende individualista, y rechazan cualquier chiringuito montado en su nombre. También es controvertida su opinión acerca de la mayoría de bandas blackers del Viejo Continente, que sustituyeron guitarras por samplers, y dejan a la altura del betún (sobre todo al asesino nazi loco, Varg Vikernes -Burzum-, y a su montón de ego), aunque, mira tú, salvan a los noruegos Immortal. También les gustan los fineses Impaled Nazarene y Beherit, los griegos Rotting Christ y los neerlandeses Bestial Summoning, al menos. Se considera su obra cumbre “Disgusting Blasphemies Against God” (un título que es una simple y llana declaración de intenciones) aunque, como veremos ahora, en este último disco han recrudecido su sonido, más guerrero, aunque sin llegar al estilo War inventado por esos skinheads blackers canadienses legendarios, autodenominados Blasphemy.
 
 
 
¿Vamos a pecar un poco?


 
‘Condemned to Unholy Death’: sonidos de tortura, berridos nos introducen a toda la cuesta profanadora que es este disco. Los redobles de tambor van tan locos como las guitarras, Paul Ledney grita como una cobra posesa haciendo bueno su estilo tan rudimentario como resultón.
 
‘Take Up the Cross’: con unas cuerdas bajoneadas empieza la fiesta sacrílega con los bombos alegrándose, mientras Ledney hace de maestro de tan macabra ceremonia. La guitarra se electrifica casi hasta lo wah-wah por momentos, zumbonamente sube y baja por tus narices. Y sigue el ambiente de bajón como un chute de pesimismo, aunque no se puede decir que la cruz (originalmente un objeto de tortura) nos pueda generar entusiasmo.
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‘The First Fall’: La primera caída, después de la depre anterior, es bien agresiva e infernal con momentos más veloces y otros hasta casi rayando lo stoner o doom. Ambos extremos se conjugan holísticamente de puta madre, mientras Mr. Ledney echa fuego por los colmillos.

 



‘Meeting of a Whore’: este encuentro con una puta sigue la dinámica anterior, con pasajes más interesantemente cortantes y filosos, como las chirlas nocturnas de la Zona Franca barcelonesa.

‘Compelled by Romans’: con una intro a medio camino entre lo lúgubre y algo parapúnkico, Ledney canta apretando los dientes ante una banda que avanza lentamente, como una legión romana llevándole su merecido al rey espiritual del iluso pueblo elegido de Israel. Inspira maldad resabida por el que siente que la razón está de su parte, ante tanto fariseismo de antes, ahora y siempre. Lucifer posee a Paul, raudo y veloz para volver a pasajes doomescos más amenazantes y densos que el metal fundido.

‘Wipe the Fucking Face of Jesus’: más punk para otro sacrilegio festivo, esta vez. Guitarras y parches destilan violencia alocada ante el sinsentido del Hijo que es el Padre por el puto misterio de la Santísima Trinidad que nadie entiende. Hasta la paloma del Espíritu Santo acabará haciendo buen caldo en la olla...
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‘The Second Fall’: saltarina y destroyer empieza esta segunda caída. Aquí hay mucho rock'n'roll, Satán bendice América una vez más. Somanta de palos y a callar, apostólicos y aleluyos.
 
‘Cunts of Jerusalem’: con un título traducible como “gilipollas de Jerusalén” sigue la dinámica tremendista de la anterior pieza, aunque más enrocallada y volcánica, incluso. Paul maldice como un poseso, que es una delicia para mi alma llena de oscuridad y odio, la cosa acelera como coche suicida por carretera comarcal de curvas por este accidentado viaje musical.
 
‘The Third Fall’: y dale en toda la cara en esta tercera caída; aráñale, retuércele el pescuezo, no lo podemos tolerar, aquí apesta a sacristía... Animal como la naturaleza auténtica del ser humano, hostil ante quien la quiere reprimir, a la mitad se retuerce todo, el “charles” tirita como las manos llenas de anillos preciosos de los ávidos obispos, de riquezas y monaguillos. Ante una corriente eléctrica vuelve el segundo contraataque, a lo Karate Kid, todo retumba, ya es una pelea de sumo japonés.





‘Division of Robes’: amenaza sonora, volatilidad de murciélago con mala leche, voz arrogante y autoritaria, en la canción que quieren rematar la profanación antireligiosa de cabo a rabo, la batería marca el paso más que ligero, Paul se retuerce el pescuezo envenenado ayudado por las baquetas que caen a peso muerto en los parches y guitarras torturadas, en una decadencia desoladora y total, como la hora final que a todos nos tiene que llegar. Un minuto entre New Age y celestial da la estocada a este disco.

 
 
 
Profanatica como banda de culto que son se podrían haber dedicado a pasar por la batidora su estilo de siempre, y la legión de fanáticos subterráneos que tienen hubieran aplaudido con las orejas. Pero todo eso da igual. Como hemos visto son gente rotundamente inconformista. Le han añadido una agresividad más crust por momentos a su viejo sonido, que conjuga fenomenal con su rudeza ancestral. El resultado es un sonido muy interesante. Que se duerma en los laureles el narcisista Todopoderoso. La revolución satánica que promulga Profanatica nunca se abandonará al pecado de la gandulez ni la mediocridad. Que se lo queden todo ellos.


 
 
 
TRACKLIST

1.Condemned to Unholy Death                
2.Take Up the Cross      
3.The First Fall 
4.Meeting of a Whore                 
5.Compelled by Romans                             
6.Wipe the Fucking Face of Jesus           
7.The Second Fall           
8.Cunts of Jerusalem                    
9.The Third Fall
10.Division of Robes
 
 



 

NOTA: 8/10


Foto
https://profanatica.bandcamp.com
http://profanatica.com





METAL FRIENDS
Texto: Makoki13

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