Ojo, amiguit@s, que hoy nos vamos al reino de la familia Saud, en el golfo Pérsico. Como no podía ser de otra manera, en esta teocracia que vive de los petrodólares, y aún le sobran para diversificar sus inversiones (horteradas para millonarios, clubes de fútbol europeos, grupos extremistas religiosos varios... qué sé yo...), pues digamos que el Ministerio de Cultura no apoya muy mucho al Metal. Y al Black Metal, menos. Más bien denuncian “ritos satánicos” como los que os montáis tu vecino, tu primo y tú escuchando Iron Maiden, Metallica... o incluso Black Sabbath, si es que ya lleváis cuatro litronas entre pecho y espalda. A lo que íbamos: pues que en algún lugar no concretado de Arabia Saudí, están en esto del Black Metal con tintes de folklore musical árabe, Mephisto (guitarras, bajo y percusión), Ostron (teclados y percusión) y Artiya'il a la voz; dándole que te pego desde el 2008. Clandestinamente, por supuestísimo. Y aún no les han pillado, esto es lo que más nos alegra, obviamente. Todo ello nos parece más que de putísima madre, pero es que además los tíos cuentan ya con una extensísima discografía, de la cual éste es su décimo larga duración, que en árabe sería “Prisión de alacranes”. Por otro lado, el nombre de la banda tiene un doble sentido, pues se refiere a Nimrod, un autócrata de Babilonia, pero también se traduce como “no creyente”. En su portada del elepé “Wala'at” (2020) hasta podemos encontrar la “A” dentro de un círculo (símbolo de la más alta cota de civilización humana), así como para ir pillándoles el rollo. Sus letras tratan sobre Historia Antigua, maldad, oscuridad, y anti-religiosidad. Se les han encontrado influencias desde los muy interesantes Melechesh (originarios de Jerusalén, afincados en la UE), que son de los mejores en mezclar Black / Death Metal con melodías propias de Oriente Medio, hasta de los archifamosos Marduk. Mi verdad es que en sus orígenes su sonido era más rudo, crudo y duro, con ese grado de contundencia burra que a mí tanto me mola, y que con esta extensa discografía que tienen hay mucha diversidad en sus canciones, siempre dentro de su estilo de Black Metal arábigo, con una calidad promedio más que admirable, aunque hay temas y discos que me gustan más que otros. Si os gusta esta sugerente mezcolanza de Black Metal con ritmos de esta fascinante cultura musical (a mí sí, me parece que se me nota un poco...), podéis indagar en la escena egipcia también (Crescent, Odious, Ethereal Credence, Osiris, Hecate, etc.), hay muchísima más vida aparte de los famosos y virtuosos Orphaned Land, de Israel. ‘Ardh Bela Sama’: con un ritmillo de inicio para despertar a la cobra real, la melodía se va repitiendo añadiéndole más instrumentos, y ganando síncope e intensidad. Alaridos posesos de Artiya'il, que son miel para mis oídos donde te darán ganas de menear las cervicales, entre tam-tam de tambores y una flauta deliciosa. Lamentablemente, no he conseguido ni la traducción en inglés de sus letras, lo cual ya sabéis que me jode muchísimo. ‘Lisan Al Nar’: con poderosa voz flamígera se nos saluda. La melodía folklórica es bien hipnótica, te domina mente y sentidos. Cuenta con un videoclip que es una feroz denuncia del control mental y, en definitiva, total, que seguro que no te dejará indiferente ‘Aqarib Al Petra’: percusión martilleante y guitarra con ritmo de remar galeras, abren, para embelesarte con filigranas arabescas electrificadas. Voz abrasiva vuelve a escupir lava, y la melodía tradicional se entrelaza. ‘Taht Al Jeld’: breve canción de tres minutos, enteramente no metálica, centelleante y misteriosa, y puramente instrumental. ‘Al Ghasasina’: empieza con chispitas entre una guitarra eléctrica mansa, para ir animándose, enfatizándose, tiene momentos de trote y de galope. Artiya'il canta con odio cuartelario para contrastar con las suaves melodías del desierto que despiden la pieza. ‘Diar Al Anbat’: guitarrazos como un buen serrucho, percusión a paso ligero, y voz sulfurosa. Entre las filigranas árabes de rigor tiene momentos de ambiente de radiación termonuclear, desprendidos fundamentalmente por la garganta de Artiya'il, que hacen de esta canción una pasada. ‘Abwab Edom’: unos cantos más místicos son troceados por una guitarra más motosierra de lo normal. La voz escupe veneno vociferando por doquier. La guitarra le da un aire de caos apocalíptico, mientras la vibrante melodía tradicional te invade tus sesos dentro del cráneo. ‘Al Jurm Al Madfoon’: abre como un bonito himno para mover las pelucas. El cantante, endemoniado de pies a cabeza, arremete con la fuerza de Hércules y la mala baba del mismísimo Satanás. El ritmillo de los tambores es trancero, para colmo. Los instrumentos más tradicionales dejan más protagonismo a los contemporáneos, aunque sin perder nunca su esencia. ‘Tarfij’: con caña más thrashera se añaden las filigranas, y un bombo delicioso, que te dan unas ganas locas de pegarte un piñazo en skate por el bazar de Riad. ¡Guapa, guapa! Actitud y calidad se unen en un entorno más que hostil, como es el régimen de Arabia Saudí para el Metal, y para cualquier clase de libertad, en general. Al-Namrood teje melodías, a menudo abrasivas, majestuosas, contundentes y diversas. Siempre aunando en lo que nos enloqueció de un Black Metal bastante guerrero; para nada atmosférico, pero sí vigorosamente ambiental, gracias al arsenal de musicalidad de su propia tradición que manejan. Tradición que, me aventuro, aman y odian a partes iguales. El resultado final es muy bueno, aunque las melodías en algunos casos hacen deliberadamente repeticiones típicas de la música árabe, nunca aburren, todo lo contrario. Disco que va incrementando el interés de principio a fin. TRACKLIST 1.Ardh Bela Sama 2.Lisan Al Nar 3.Aqarib Al Petra 4.Taht Al Jeld 5.Al Ghasasina 6.Diar Al Anbat 7.Abwab Edom 8.Al Jurm Al Madfoon 9.Tarjif Nota: 8,5/10 https://shaytanproductions.bandcamp.com https://open.spotify.com/intl-es/artist/7sY9ff50OQVYxudOXLnQ3E METAL FRIENDS Texto: Makoki13
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