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HYPOCRISY –‘Worship’ – (2021)

30/11/2021

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8 putos añazos de espera para vislumbrar, acunar y disfrutar del nuevo retoño virulento de la banda matriz que dio gloria a su alma mater hace décadas. El reputado Peter Tägtgren. Inmerso durante este tiempo de silencio en cientos de proyectos (ya sea como músico, con su happy industrial metal encarnado en PAIN o como escolta guitarrero del vocalista de Rammstein en LINDEMANN, como colaborador o, sobre todo, como productor de cientos de bandas). Bien es cierto que aquella letal formación primigenia pasó a mejor vida tras generar emulsiones sonoras excitantes en discos de pátina melódica y agresiva a partes iguales (como aquel “Penetralia” inolvidable). El combo mantiene la formación desde hace 6 años y nuestro puntilloso Peter retorna con su particular sentido sinfónico de la composición y su tenaz obsesión con la ufología (solo hay que echar un vistazo a la portada del disco, vamos. Obra, por cierto, de Blake Armstrong –que ha trabajado con bandas como Carnifex-).


Temerario el envite de Peter cuando destapa el cazo sopero y nos ofrece una pieza de solomillo deather de un kilo de peso. Hay que sentarse al mantel con encomiable predisposición gastronómica. Y digo todo esto porque son 51 minutazos de plástico. (¿Será porque pudiese ser el canto del cisne de la banda, como se rumorea por ahí?)


 
 
 
Pero vamos a lo fundamental…. ¿Cómo es este retoño que respalda Nuclear Blast? ¿Complaciente, irascible?


En líneas generales…. el disco navega por mid-tempos en la base sonora donde se busca más la profundidad y el empaque sonoro del contínuo riffeo que la escabechina y la velocidad. En la intensidad, definitoria es la aportación de Peter. Luego lo explicaré.



 
Dicho esto, el plástico abre con una bofetada que da título al trabajo. ‘Worship’ es un compendio de todos los resortes del buen death melódico sueco. Sin conmiseración, tras una acertada, eso sí, introducción acústica de un minuto que eleva la expectativa. El “tupa-tupa” que siempre nos deja embebidos con la grandeza sonora escandinava. Peter ya sienta señorío con sus dotes vocales. Growls profundos y shrieks prolongadísimos en la mejor tradición blacker. Poderío. Tiene alocado final, en tromba, sí.
 
‘Chemical Wore’ apacigua la correntía sónica, la tromba atempera su ímpetu y prácticamente todo el tema discurre con un apacible enfoque contemplativo encapsulado en el medio tiempo sin desdeñar un acertado halo de oscuridad. Tema alejado de parámetros deathmetaleros incluso. Para mí, un error su disposición en el tracklist. La interpretación de Peter al micro sigue elevando los enteros.
 
‘Greedy Bastards’ nos rescata y vapulea con un arma en apariencia poco certera. Translacciones rifferas surfeando en pasajes groove con un Peter estableciendo un contrapunto fiero en el ataque vocal. Resultado… que a uno le viene a la cabeza el macizo brebaje de unos Benediction. Revitalizante tema.
 
‘Dead World’ nos saluda con un galopante y juguetón ofrecimiento vocal de Peter a lomos de un bajo para luego desbocarse. Asoma la influencia yankee que Peter nunca ha ocultado en su concepción del death metal. Cuando este jefazo se olvida de las costuras grooves es cuando más brilla. Uno de los temas destacados. Lo más gracioso del asunto es que es un tema compuesto por el hijo de Peter, Sebastian. (Dime cómo lo haces, tío, cómo has mantenido a tu vástago lejos del lodazal reggaetonero, por favor).
 
‘We’re the Walking Dead’ se abre con unas acústicas tamizadas que adelantan el riff sobre el que se edifica un tema atmosférico que avanza lentamente cual tanque en la franja de Gaza. Me recuerda a algún tema de hechuras doom del último trabajo de Memoriam, curiosamente. Fraseos muy melódicos buscando elevarte a los altares. Peter tira de un growl de registro aún más bajo y completa un tema que, con las escuchas, gana en poder hipnotizante. Quizá aquí vive el segundo estribillo más coreable del plástico.
 
‘Brotherhood of the Serpent’ me sume en el bostezo prácticamente hasta el final, donde logra desmelenarse un poquito. Ya me parecía a mí raro que 51 minutos no generasen estos disgustos. ¡Rellenos, no, señor Peter! Usted está llamado a cotas de gloria mayores.
 
‘Children of the Gray’ está facturada con el piloto automático también. Desarrollo manso en la base rítmica y algún contratiempo con un juego de guitarras fugaz. Todo el tema, ahora sí, está comandado por el estribillo más pegadizo del trabajo. Sin pena ni gloria. Peter, eso sí, al micro, sigue impartiendo cátedra de cómo debe empeñarse un elegido con su don.
 
‘Another Day’ sale a mi rescate, me sacude una hostia con la palma abierta, me agita, me saca de la cama, me viste y me coloca en medio de la habitación con el molinillo cervical. ¡Gracias, Satán! Comienzo Slayeriano con un Peter que aúlla, el bajo quiebra el alma, los riffs fluyen, la batera se acomoda el velocímetro bajo el brazo y parece que el puzzle vuelve a encajar. ¡¡¡Fuera autocomplacencia y hail!!! A las vísceras. ¡Así, sí, puto Peter!
 
‘They Will Arrive’ desdeña florituras y tira de ritmo marcial de arranque para desembocar rápido en un pasaje riffero a contrapúa la mar de groovero. Pero en este caso, la fórmula viene cargada de oscuridad contrapuesta a un puente que abre el espectro melódico y donde las guitarras entrelazan un acertado magma sónico. Hay un trasfondo sinfónico con fugaces destellos que me traen a la mente a los griegos Septicflesh.
 
‘Bug in the Net’ continúa bajo los parámetros vigorizantes en la parte final de este disco y nos regala una de las melodías más envolventes a ritmo imperial, arrastrado, en la mejor tradición de unos Bolt Thrower, aunque menos agrestes, con un Tätgren que sigue bajando aún más al abismo en su labor vocal. Su rasgado final con esa letanía atmosférica entra bien. Pero ojo, hablamos de otro tema lento. Y van ya…..
 
‘Gods of the Underground’ supone el cierre, la epifanía a este trabajo. Agita un poco el tarro de las esencias normandas y logra compensar el sabor agridulce de esta placa en su conjunto, porque recupera la esencia del death escandinavo, con unos grandilocuentes coros y un shriek de Peter que le confieren un aire cool al conjunto. Cumplidor.



 
 
 

En definitiva, un trabajo que se deja querer pero que no me vuela la cabeza. Veo excesivo minutaje para un disco al que le falta ante todo velocidad. Y eso que el sonido vuelve a cumplir con la premisa de Peter Tägtgren. Orgánico e impoluto a la vez, en un equilibrio más difícil de lo que parece con las actuales técnicas de estudio. Peter, no vas a estar en lo más granado de mi lista top del año. Vale, te importará un bledo. Y haces bien. Al fin y al cabo, cuestión de gustos. Pero yo te quiero más deather y menos heavy. Qué le voy a hacer.




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TRACKLIST
 
1.Worship          
2.Chemical Whore         
3.Greedy Bastards         
4.Dead World   
5.We're the Walking Dead         
6.Brotherhood of the Serpent  
7.Children of the Gray  
8.Another Day  03:11    
9.They Will Arrive           
10.Bug in the Net           
11.Gods of the Underground



 
 
 
NOTA: 6/10


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METAL FRIENDS
Texto: Javier Serrano
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