MASACRE/UNBOUNDED TERROR/RETICULATE Sala Bóveda (Barcelona) 02/04/23 PRODUCTOR: Black Matter Productions El primer fin de semana de abril había fiesta de guardar. Era Domingo de Ramos, el día de los palmones, y no sé si alguien la palmó en la Sala Bóveda, pero más de uno nos empalmamos con la brutal potencia del Death Metal de Barcelona, Palma de Mallorca y, como invitados estelares, las leyendas de Colombia. Los Masacre están de gira, no solo en Madrid, Zaragoza, Barcelona y Málaga; sino que van a pasar también por la exigente Escandinavia, la Europa Central y Londres. Pero bueno, vamos por el principio. La cita era que a las 19h de la tarde abrían puertas en la vieja fábrica del barrio de la Llacuna (Poblenou). Ni corto ni perezoso, pillé el metro desde mi dulce hogar, y en toda la línea roja no había ninguna presencia siniestra, oscura, jevilonga ni nada parecido. En la línea amarilla vi alguna camiseta negra suelta, hasta que abandoné el subsuelo, y la feliz hormiguita encontró las terrazas siguientes de la boca del metro abarrotadas de fieles metaleros haciendo tiempo, jarra en mano. Hay que puntualizar que, aunque una vieja fábrica no tiene el mejor sonido de la ciudad (se le dijo y se le criticó a la Sala Bóveda...), al menos tampoco tienen las birras más prohibitivas de la capital catalana, o sea que resumiremos que una cosa va a cuenta de la otra. Y hay que añadir, que leyendas, mitos y chascarrillos aparte, la sonorización del evento fue más que óptima. Como que abrieron con media hora de retraso, y mi capo y coleguita llegaría un poco tarde a mayor gloria del bendito transporte público, sorteé el montón de almas negras que se aglomeraban en la entrada de Bóveda, y me afiancé todo solano una mesa en la terraza de la cervecería de artesanas de al lado, llamada Hoppiness. La presencia extremista saltaba a la vista, muchos de ellos latinoamericanos, con camisetas desde Burzum hasta Slayer, pasando por Napalm Death, Ratos de Porao, Brujería o Soziedad Alkoholika. Delante tenía unos fieles llegados en coche desde la plana de Vic, y yo extendía la antena chismosamente, hasta que llegó el “colegui” y les saludó. Hablamos brevemente sobre conciertos de aquí y del extranjero, y dimos por concluida la previa, entrando por fin a la segunda reencarnación de dicha sala Bóveda de la calle Roc Boronat (la primera estaba en la calle Pallars, hasta que la euforia olímpica dio paso a un bonito solar más). RETICULATE La banda comenzó con una “Intro”, y seguidamente ya le estaban pegando a ‘Narcotic Killers’. Banda barcelonesa formada en 2014, entre sus componentes hay varios de origen latinoamericano, admiradores acérrimos todos ellos de los invitados de Medellín. Y tenían la difícil misión de romper el hielo de un público ansioso de ver a los Masacre. Mientras tanto, en el puesto de “merchandising” del fondo las camis de las estrellas de Antioquia se evaporaban a la velocidad de la luz, alguien compraba un vinilo, otro un parche, con alegría mercadillera. ‘Nuclear War’ ya estaba atronando las cuatro paredes, con los músicos sudando la gota gorda, y el local ya lucía lleno. Le siguió ‘Paramilitary Commandos’, de temática bien latinoamericana, una realidad sangrientamente presente en el sur del Nuevo Mundo, mezcla explosiva con leyes narcos, gobiernos corruptos, cínico imperialismo yanki disfrazado de cruzada antidroga, y genocidio indígena por doquier. Y es que, Reticulate admiran de Masacre no solo su sonido y actitud, sino también su firmeza ante tanta injusticia explicada de forma tan descarnada en sus letras como era la realidad de Medellín en la época en que se formó Masacre (1988). Y caía, tema tras tema, sorbo de birra tras sorbo de birra, hasta su novena canción y una de las canciones de su próximo disco, ‘A Tie With Your Tongue’ donde el bajista Adalid apoyaba con unos chillidos aberrantes a los guturales de Bairon, al más puro estilo del ex guitarra de Napalm Death, Mitch Harris, al menos en los conciertos. Tema bastante inencontrable, que no es una canción de temática Gore sin más, sino que relata la tradición narco de abrir el cuello de la desdichada víctima con un cuchillo, sacarle la lengua por el orificio provocado, y dejarlo colgado con dicha “corbata colombiana” de la lámpara del techo, para que todititos sepan quién manda aquí. Prosiguieron gritando contra desastres ecológicos y el colapse global, hasta que con su última canción, ‘The Undead’, de su demo, se despidieron. ¡Buen aperitivo de Deathgrind para amenizar la velada! UNBOUNDED TERROR Y tras el pitillo en la calle con el compadreo obligatorio, ya estábamos enfrente a los mallorquines Unbounded Terror, viejos amigos de los Masacre, y pioneros del death ibérico; que surgieron de las cenizas de Toxic Waste, después llamados Putrefact Monstrosity, hasta que en 1991 adoptan su nombre actual. Militantes de innumerables grupos pasados, los de Vicente Payá también están todos involucrados en Golgotha (Death/Doom), para citar solo un grupo en activo que sacó un elepé el año pasado. A las huestes de Vicente ya las vimos a finales del año pasado, donde dieron un gran recital de death metal añejo, pero la influencia del personal no les acompañó. Esta vez, los de Mallorca tocarían su setlist con una Bóveda abarrotada hasta la bandera. Y empezaron echando toda la carne en el asador, concretamente con su éxito ‘Organic Waste’. Seguían, con esa voz inconfundible y su destacable calidad, y ya empezaban a ondear al viento las primeras greñas del respetable, la peña empezaba a moverse, y la fiesta se animaba, riff tras riff, y birra tras birra. El primer clásico de la banda cayó con ‘Fear’ de su emblemático “Nest of Affliction”, la cual no sería la única ya que Vicente y los suyos venían a arrancar las entrañas a los más nostálgicos de nuestro DEATH METAL, pero media sala estaba comandaba por los colombianos de Barcelona que estaban preparando su artillería para los jefazos de la noche. Eso no les importó a unos profesionales como Unbounded Terror y cuando sonó ese riff embaucador de ‘Echoes of Despair’ la cosa pegó un giro de tuerca, donde Vicente presidida su rincón como el capitán del barco y animando cada vez más a los deatheros que nos encontrábamos allá. El único tema que tocaron de su anterior disco fue ‘Silent Soul’, donde su frontman Andrew Spinosa clavaba su bajo en las tablas de la sala al más puro estilo Derek Boyer de Suffocation. En la recta final del concierto el cuarteto nos escupió clasicazos de su primer álbum tales como ‘Dreamlord’, ‘Slaves of Sufferage’ y ‘Sarcastic Soul’. Como siempre, Unbounded Terror demostró maestría y profesionalidad encima del escenario, pero, si tocas antes de una leyenda viva del death metal latinoamericano, estas cosas pueden suceder… Pero nos suele pasar con esta banda, Vicente y los suyos estuvieron muy cordiales tanto con su público como con las bandas hermanas. ¡¡¡DEATH METAL OLD SCHOOL RULES!!! MASACRE Y bueno, llegó el momento de hablar ya de los dioses que iluminaron la velada, como Xué (el Sol) para el pueblo indígena de los Chibcha (en la actual Colombia). Ellos hicieron del concierto una experiencia brillante, mítica y única, nuestro particular “El Dorado”, aunque en esta ocasión fueron los colombianos quienes nos conquistaron, ¡y a mucha honra! Llegaba la hora de que los colombianos salieran al cuadrilátero, y ya se apreciaba caras de entusiamo y griterío entre el respetable. Pero instantes antes de su actuación nuestras caras quedaron pálidas como verdaderos rostros pálidos. A su bajista se le petó el bajo… ¡¡¡Oh, My God!!! Tras unos minutos de sufrimiento y visto que no podían tapar el error, ni corto ni perezoso el hermano de las 4 cuerdas de Unbounded Terror le prestó su bajo de cinco cuerdas para que la hazaña se llevara a cabo. Toda una hermandad entre bandas. Ahí está el verdadero apoyo entre bandas y el “underground”. ¡¡¡Un 10 para Andrew!!! Tras el problema solventado era hora de empezar la guerra, porque Masacre tenía muchas ganas de dar candela de la buena. ¡Y así fue! Empezaron con ‘Cortejo Fúnebre’, la cual fue toda una declaración de malévolas intenciones, que no harían sino aumentar a medida que las agujas del reloj iban girando. O sea que la sala no hizo RIP, sino que resucitó como un jodido zombi presa del vudú más chunguele, primeros cuernos al aire, primeras danzas tribales, primeros gritos y silbidos vitoreantes, banderas colombianas en las primeras filas. Y esto solo había hecho que comenzar. A este largo himno pesado y languidiciente, le siguió la más cañera ‘Justicia Ramera’, y colombianos, catalanes, y todos los demás presentes, ya empezábamos a botar como balón de básket en la NBA, donde durante toda la actuación se visionó un importante “mosh-pit” en el hemisferio de la sala. Le siguió la más corrosiva y gutural, ‘La Guerra’, donde Álex Okendo estuvo muy comunicativo en todo momento con su público, ahí también estábamos nosotros, jejeje. En este tema recitó que provienen de un país donde las guerras, violencia, marginación y delincuencia están a la orden del día desde que se creó Masacre, pero, desgraciadamente en los tiempos que corren eso se ha extinguido por todo el globo terráqueo, y empezó de nuevo la hecatombe sonora. ¡Cuellos y más cuellos rotos! Llegó ‘El Éxodo’: electrificada y con esa voz, a ratos agonizante, a ratos punzantemente aguda. Con ‘Sangrienta Muerte’ y ‘Brutales Masacres’ el público estaba más enfervorecido que cualquier telepredicador en plena Semana Santa. Con la rapidez de ‘Imperio del Terror’, la Bóveda era una puta olla exprés a punto de estallar, se masticaba la felicidad de tanto metalero colombiano migrado a las Españas que mataba tanta nostalgia e injusticia sufrida en ambas orillas del océano dándolo todo. ‘Ola de Violencia’ es lo que unos cuantos valientes vivieron en sus carnes en las primeras filas, mientras los redobles de Wilson Henao y el guitarrazo limpio y los solos exquisitos del hermano de sangre de la formación, Juan Carlos Gómez, no daban tregua. Se despidieron con otro himnazo, ‘Death Metal Forever’, inauditamente en inglés, lo que no impidió un ápice que fuera coreada a pleno pulmón por todo el respetable. Y así finalizó un concierto más rico que una Mona de Pascua, siempre demasiado poco, pero cuyo sabor nos llevaremos nostálgicamente a nuestro jodido sepulcro. Aunque, en un principio nos esperábamos lo peor por el bache que tuvieron y que acortarían el setlist, pero no, Masacre vino a tocar para su público y así lo hicieron. Nada ni nadie puede con estos trogloditas del DEATH METAL HISPANO. Un conciertazo de tres bandas, pero siempre sale un vencedor claro, y ya sabemos quién fue. Pero, igualmente, hubo una cosa en común: Death Metal y buena hermandad entre público y bandas. El underground no entiende de fronteras y así sucedió. ¿Verdad, Masacre? METAL FRIENDS Texto: Makoki13 Fotos: MF Vídeo: Alberto Martínez
1 Comentario
Darwin
12/4/2023 02:57:36
Impresionante lo de las bandas, re brutal, tal cual se esperaba, pero definitivamente, quienes llevamos a Masacre en los hueso y siendo colombianos, sabemos lonque esto significa, gracias europa, gracias España y gracias Cataluña por tanto. Death metal forever.
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