Al día siguiente de haber estado en el Mare Mortum 2019, cogíamos un avión hacia Vigo para presenciar la primera edición del Sihiro Music Fest. La apertura de puertas era a las 20,30h pero llegamos un poco antes y ya nos sentimos como en casa. Al llegar saludamos a sus organizadoras (pobre María Sihiro, ¡con muletas!). Nos indicaron que teníamos un lugar de prensa para dejar las cosas y buen arsenal de comida. Todo estaba organizado a la perfección con stands de In Bloom Designs, Merchandising de las bandas y una parada de pizzas para que la gente repusiera fuerzas. Antes que comenzara las bandas salimos a reponer fuerzas con líquidos rubios típicos de Galicia con la gente de Max Metal, Corpsegrinders Pirates. Hacía unos minutos que nos conocíamos pero ya parecía como si nos conociéramos de toda la vida. ¡Mejor recibimiento no podíamos tener! GUILLES El toque de queda del festival daría comienzo sobre las 21h con la sala Masterclub a reventar, donde no cabía ni un alfiler con un aforo aproximado de unas 200 personas. El pistoletazo de salida lo daría la banda de metal extremo Guilles quienes, desde el principio, nos salpicaron con violentos riffs y una voz desgarrada que no nos dio tregua en ningún momento. Nos presentarían temas de su último disco “Harvest of Grey Days”, temas que descargaban una potente rabia, con un batería que no cesaba con sus “blasts-beats, así que podíamos decir que “Dehumanized” o “Disobedient” están posicionados en un metalcore muy intenso casi rozando el Black Metal en lo que a la voz se refiere. Esta banda sabe saborear a la perfección la brutalidad con la melodía y muestra de ello lo dejaron claro con “Enraged”, “Lost” o “Alive. Tienen un potente directo y su cantante era una apisonadora, pero el público estuvo muy frío con esta banda. Al ser la banda encargada de abrir la velada suponemos que el público todavía no tenía suficientes cervezas en el cuerpo. Gran banda del metal extremo y lo demuestran con claridad sus discos. O.D.I.O. (Our days in Oblivion) Tras la primera banda pudimos presenciar en las afueras de la sala cómo los stands estaban repletos de gente y el personal hacía tiempo hasta que le tocase el turno a la próxima banda. Los siguientes en aparecer en escena serían estos tinerfeños con camisas azules de enfermeros, pero más bien presenciamos a unos enfermos esquizofrénicos encima del escenario. ¡Vaya adrenalina llevaban estos canarios en el cuerpo! Desde el principio estos enfermizos del metal salieron a por todas y no dejaron títere con cabeza. El público se empezó a soltar la melena y se vieron los primeros “Circles Pits”. Su show estuvo centrado en la mayoría de su repertorio de su último disco “Psychoparasite”. No pararon ni un solo instante de descargar un metal desgarrador y abismal, donde su guitarrista nos recordaba a Flea, por su tinte verdoso. Su cantante no paró ni un instante de congeniar con los asistentes; en una ocasión incluso se lanzó desde el escenario y, al mismo tiempo que despotricaba con su garganta rasgada, el público lo llevaba en volandas. Para acabar su repertorio se marcaron las primeras notas de “Troops of Doom” para dar paso a su tema “Extreme Metal Brush”. ¡Supieron caldear el ambiente a la perfección! ú CELTIBEERIAN Era la hora donde soplaban aires más folks con este grupo, quienes son una de las bandas nacionales con más repercusión de este estilo. Hablando con gente y con compañeros de otros medios, era la banda que más público había venido a verles. Con la sala repleta se dispondrían a deleitarnos con su Folk Metal. Este concierto sería la continuación de la gira de su presentación de su “Deiwos” (2017), dos años consecutivos presentando el disco. Saldrían a escena con la portada de su último disco detrás de la batería. Desde el minuto uno, tanto arriba como bajo del escenario, aquello fue una fiesta. La mayoría de los músicos jugaban varios papeles. Pudimos presenciar gaitas, flautas e incluso un bouzoki, donde su instrumentista Dadga dejó caer algún gutural. Patricia al violín e intercalando voces melódicas con su frontman Gus, predominando con su estilo de garganta más macarra y cazallera. El público en todo momento no paró ni un solo instante de bailar, saltar, brindar y hacer algún “Circle Pit”; muestra de ello es que su música da pie para incitar a la fiesta. Como su propio cantante indicó, sus canciones van, sobre todo, de vino, orujo, whisky, coñac, cerveza y fiesta. De esta manera fueron cayendo temas como “The Wolf I Am” (cantada por su violinista), “Fear My Beard”, “Looking For Beer” o “The Reborn”, creando un show de lo más dinámico con el que supieron reventar la sala a ritmo de fiesta. Aunque este estilo particularmente no es santo de mi devoción, debo reconocer que lo tienen muy bien cogido por la mano. BOSTOK BAND Se nos cruzaría en el camino una de las bandas con más versatilidad musical de la noche. El quinteto proveniente de Alicante saldría a escena uniformados con camisas blancas y tirantes negros. Los chicos tenían bien estudiada su manera de ejecutar los temas; se les notaba concentración y una clara maestría a la hora de descargar sus canciones. Su show se centraría en su último disco, "Dichotomy". Arrancaron con un gutural para dar paso a "Hate the Hate", un tema que lleva una onda más groove donde las dos voces se doblan en tonos desgarradores y más melódicos; todo llevado a cabo por el cantante y el guitarrista solista. Cayeron temas como "The Hypocritical" donde mezclaban el metalcore con los teclados, o la contundente "The Feeling", donde sus pasajes melódicos nos recordaban a unos System of a Down. Por otra parte, tanto se podían marcar temas brutalmente descabellados como pasarse a ritmos cubanos o marcarse una conga, como lo hicieron con el tema "Angels", donde invitaron al respetable a marcarse una "Conga-Metal" que iba de punta a punta de la sala, muy -pocos fuimos los que no participamos, jeje...- Para relajar los ánimos, que por cierto estaban por las nubes, se marcaron la balada "End Is On You", pero sin perder la fuerza que les caracterizaba. Para acabar de reventar la sala por todo lo alto lo hicieron con dos temas bastantes progresivos y al mismo tiempo abismales, "Demons" y "Dichotomy". Bostok hicieron una señora actuación y el público lo agradeció enormemente. THYBREATH Iban avanzado las horas en la noche de Vigo y, sobre la 1 de la madrugada, le tocaría el turno a la banda madrileña de thrash metal, que actualmente están situados entre el círculo de bandas de dicho estilo, estando en pleno auge estatal. Ya con todo el arsenal preparado, la maquinaria de Thybreath saldría al cuadrilátero entonando una intro para dar paso a “The Bogeyman”. En la mayoría de su show nos deleitarían con cortes de su segundo disco “Where the Gods fall”, temas bien estructurados en los cuales no les falta su toque melódico, donde sus dos guitarras desempeñaron una función excelente sobre las tablas de la Masterclub, apreciando que en ningún momento pararon de sacudir sus cervicales al son de sus incesantes riffs. El personal, y entre ellos se incluye un servidor, lo estábamos pasando de muerte con ese recital de buen thrash metal de antaño que nos estaban sirviendo, añadido a la voz desgarrada de Víctor, combinándola con registros melódicos, que nos podían recordar a unos primeros Machine Head. La banda nos presentaría un par de temas nuevos de su tercer disco "My Own Hell", que en breve saldrá al mercado. "Bloodshot Eyes" y "The Crab" sonaban potentes con gran cuerpo en las guitarras y respaldados con la melodía de los madrileños, de quienes esperamos oír pronto el nuevo formato en estudio. Su cantante llevaba la banda a sus espaldas, no parando ni un instante de gestualizar las letras de sus composiciones, un verdadero frontman. Gran ejecución de thrash metal donde no faltó Headbanging, Circle Pits e incluso un Wall of Death... Como la propia banda dice: “¡PURE FUCKING METAL!” ANODHOR Llegaríamos casi al final del festival, pero no sin antes presenciar a la banda local de la ceremonia que tan gratamente estábamos disfrutando. El evento, componiéndose de seis bandas y a punto de llegar a su finalización, se nos estaba haciendo corto; en ningún momento sentíamos cansancio. Esperemos que la próxima edición se alargue a dos días, porque con uno no hay suficiente. La banda saldría a escena respaldada en la parte de atrás con la imagen de su primer disco “Break the Silence”. Su cantante, en un primer instante, saldría con un manto de piel de ciervo (como refleja la portada de su álbum debut) para arremeter el primer gutural y presentarnos su tema homónimo. Presentarían su único álbum, donde nos ofrecieron un folk metal algo peculiar -se salieron un poco de las bases de este estilo, despachando todo una serie de guturales, flauta, violín y riffs potentes y una base rítmica con mucha rabia-. Su voz, en ocasiones se acercaba a registros rasgados, que por momentos nos recordaban a unos añorados Skyclad. Para despedirse lo hicieron con su único tema en su lengua materna “Filloas de Breogán, en la cual su cantante acabó arrastrando su voz por los suelos. ¡Muy buena banda local para despedir la primera edición del Sihiro Music Fest! Para dar por terminada la exitosa primera edición, una de sus organizadoras (Goat Klaw) repartió unos premios entre el público. Dio las gracias a toda la gente por haber asistido al evento -algunos venían de fuera de Galicia- y agradecer a toda la gente por haber convertido en realidad un sueño que empezó hace 1 año. Tampoco quiso olvidarse de su compañera de organización (María Sihiro). Aunque la pobre aguantó todo el festival en muletas como una jabata, ha luchado como la que más en este proyecto, sin olvidarnos del apoyo de todo el equipo de Sihiro Music. En definitiva, nos encontramos ante una gente excelente quienes, desde el primer momento, nos trataron como a uno más de su familia. Conocimos gente supermaja y disfrutamos de una primera edición espléndida. Ahora solo cabe esperar el Sihiro Music Fest II. ¡Enhorabuena por el festival y por el apoyo que dais a las bandas nacionales!
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