Nos esperaba otra noche oscura, resurgida de las cenizas, para hacer quemar el Bar Ceferino, de tres bandas dispares, en lo que a estilos extremos se refiere. Todo ello organizado por nuestro amigo Albert Batlle (Perennial Isolation), con gran ilusión y énfasis. Mucha suerte, compañero, en próximos eventos que organices de esta manera para dar apoyo a una escena, que aquí en Barcelona todavía no está del todo consolidada). LAST DISSONANCE Subían a las tablas del Ceferino esta banda barcelonesa de Death con pinceladas de grindcore, mezclando guitarras melódicas con metralla de pura adrenalina, que resultaron como si un gran martillazo demoliera las violentas cabezas de los asistentes. Guitarra y cantante se bajaron del escenario para tener un puro contacto con el público; de tal manera que así el headbanging fuera más directo. Banda supersónica en todos sus temas, demostrando el guitarra solista sus dotes musicales, marcándose algún tapping en algún tema. Banda que dejó un buen sabor de boca para empezar una noche negra con matices oscuros. MORKNATT Acto seguido le tocaba el turno a esta banda de Tarragona, con claras influencias de un Black Metal nórdico, recordando a bandas legendarias como Darkthrone o Belphegor. Desde un principio no pararon de escupir su artillería pesada y vomitando sangre por la garganta del cantante, para crear una atmósfera realmente terrorífica. A ninguno de sus componentes les faltaban clavos bien afilados, muñequeras de pinchos, cinturones de balas, pinturas en sus rostros, cruces invertidas, las botas hasta la altura de las rodillas, para demostrar que habían venido a combatir a una guerra de puro Black Metal. SÖNAMBULA Para acabar la noche teníamos a este trío de Doom-Metal, que venían de Bilbao. Con su sonido en la guitarra al puro estilo old-school. El cantante-guitarrista, con su Fender Stratocaster, le sacaba un sonido a las melodías al puro estilo Black Sabbath. Y cuando le tocaba el turno de la aceleración y el ritmo del doblo bombo a cargo de la maestra a las baquetas, le daba un sonido que nos recordaba a los primeros discos de Bolthrower. La sala, aunque pequeña, ya estaba hasta los topes y a pesar de que el calor era inconmensurable, se podía aguantar gracias a la magia que desprendían estos vascos. Gran puesta en escena de este trío y descargando una auténtica destrucción letal y masiva. Eskerrik asko, Sönambula!!!
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Archivos
Noviembre 2024
|